domingo, 20 de mayo de 2018

El sufrimiento en cristiano (León Bloy)

Es una piedra de toque y un crisol para purificarnos y vernos; el sufrimiento en la vida cristiana está presente con dimensiones redentoras.

No resulta fácil vivirlo, sobre todo, buscando las razones para ese sufrimiento que muchas veces permanecen ocultas en el Misterio de Dios, pero que se nos da por mil causas distintas y buenas, bebiendo el cáliz del Señor.


Son esos tiempos de sufrimiento la mayor cercanía a Cristo, incluso cuando se muestra Ausente, o lo percibimos Ausente.

Es una paradoja en la vida cristiana, ya que el siervo y amigo no es menos que su Señor y ha de ser bautizado en el mismo bautismo de cruz con el que Cristo fue bautizado-crucificado.

"¡Señor Jesús, rogáis por los que os crucifician, y crucificáis a los que os aman!" (Bloy, Diarios, 14-junio-1895).



A los que ama, les da a compartir su Pasión. De nuevo entramos en el Misterio. 

Pero así, y solamente así, el espíritu humano nace a nuevas dimensiones; es regenerado continuamente para la vida sobrenatural.

"Nuestra vida superior comienza de nuevo siempre que volvemos a empezar el sufrimiento. ¡Vida sublime! ¡Ser yunques de Dios para el gozo y el dolor!" (Bloy, Diarios, 28-julio-1895).

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