martes, 17 de marzo de 2015

Una Semana Santa muy pobre

Lo confieso: llegadas estas fechas, IV y V semana de Cuaresma, ando preocupado.

Miro a los fieles, al pueblo cristiano entero, y crece la preocupación. ¡¡¡Cuántos van a vivir una Semana Santa muy pobre!!!



Porque es eso lo que van a hacer: vivir la Semana Santa... a su modo y a su aire. Sólo verán procesiones, algunos harán estación de penitencia; tal vez, participen en algún acto piadoso, un Viacrucis por ejemplo. Pero la vivencia litúrgica y espiritual se va a reducir, en muchos, tristemente, a ir a Misa el Domingo de Ramos en la Pasión del Señor (con sus mejores galas, claro) y no volverán hasta el mismo Domingo de Pascua para la Misa. No se les ha ayudado ni enseñado a armonizar piedad popular y celebraciones litúrgicas: se complementan y hay tiempo para todo.

¿Sólo la Misa del Domingo de Ramos y a lo mejor ir a Misa el día de Pascua si no están muy cansados? ¿Ya está? Sí, ya está. Y se pierden lo mejor, la cumbre, el corazón entero del año litúrgico.



Es curioso: en una parroquia normal, mediana, pueden celebrarse tres o cuatro Misas los domingos, casi llenas; para las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa, basta con una sola celebración que, si sumásemos todos los fieles habituales, estaría la parroquia repleta y hasta con sillas en los pasillos. La realidad es muy otra: bancos que no se llenan siquiera. ¿Dónde están todos los fieles que van cada domingo a Misa? 

¡Sólo una pequeña parte de los fieles habituales participan en los Oficios litúrgicos del Triduo pascual! ¡Y sobra sitio en los templos! No, no se entiende.



Por una parte están las justificaciones artificiosas: "no tengo costumbre de ir"," es que son unas horas muy malas", "es que vino familia de fuera y no los iba a dejar para irme a la iglesia"...

Esas justificaciones se desmontan pronto: ¿no tienes costumbre de ir? -Ve este año y te acostumbras. ¿Unas horas muy malas? -Pues hay gente por la calle hasta las tantas viendo procesiones, y la misma Misa de medianoche de Navidad, en invierno, acuden muchísimas personas y es una hora peor. ¿Vino familia de fuera...? -El Señor es el primero, y, organizándose, da tiempo a todo... ¿o el Señor va por detrás de la familia y del tiempo de ocio?

Luego hay que sumar otro dato: ¿de verdad en Cuaresma hemos explicado, hemos animado, hemos invitado, a las celebraciones del Triduo pascual? ¿O hablamos sólo de temas morales y con tendencia al moralismo?

Toda la Cuaresma -¡ahí están tantos textos litúrgicos de la Misa diaria!- hablan de las solemnidades de la Pascua, del misterio pascual, de llegar limpios y renovados. La Cuaresma es la preparación para el Santísimo Triduo pascual. Eso se debe hacer ver claramente en retiros, predicaciones, charlas cuaresmales, homilías, catequesis de adultos, que vayan explicando paso a paso las celebraciones del Triduo pascual, su sentido, su densa espiritualidad, sus partes.

Pero luego llega el solemne Oficio del Viernes Santo... ¡y qué vacío! ¡Cuántas ausencias! Y llega la Vigilia pascual, santísima, hermosa, y aún más ausencias y bancos más vacíos que el Viernes Santo.

Y eso me preocupa. Por más que predico sobre esto, y muestro la espiritualidad de estas celebraciones, y su realización litúrgica... luego, a la hora de la verdad, los fieles viven una Semana Santa muy pobre. Tan pobre como es reducir su participación a la Misa del Domingo de Ramos (¡para coger una rama de olivo como si fuera lo único importante!) y, con suerte, la Misa del Día de Pascua.

Hagamos campaña, difusión del Triduo pascual, catequesis y retiros, charlas cuaresmales, folletos, ¡lo que sea!, pero el Triduo pascual debe recuperar su centralidad en la vida cristiana.

No es de extrañar que luego los católicos estemos tan apáticos en tantos asuntos sociales y políticos, docentes, económicos, culturales... porque estamos demasiado acomodados y con una espiritualidad muy pobre. Ni siquiera lo central de nuestra fe, el Triduo pascual, lo vivimos. ¿Seremos luego testigos y hasta mártires por Cristo? ¡Si nos faltará fuelle para ello!

¿Una Semana Santa muy pobre? ¿Así la vas a vivir? No, por favor.

¡Qué bonito sería que en estos Oficios, tan importantes, estuvieran todos los catequistas (de niños, jóvenes y adultos) con sus respectivos grupos, los matrimonios que trabajan en distintos sectores de evangelización, todos y cada uno de los miembros de Cáritas, también todas las Asociaciones y Hermandades de la parroquia, con sus directivos y Juntas de Gobierno respectivas, todos...

Y ahora, por favor, enlaza y difunde esta catequesis y cuestionémonos todos cómo vamos a vivir lo más grande que nos viene: el Oficio del Viernes santo y la Santísima Vigilia pascual en la noche del Sábado Santo al Domingo de Pascua.


5 comentarios:

  1. La Semana Santa, que es una semana de conversión y oración, se ha convertido en media semana de descanso laboral. Parece que los acontecimientos del Calvario y la Resurrección no nos afectan a todos los cristianos como culminación de la gran obra de salvación de Dios por medio de su hijo Jesucristo y el inicio de la nueva Alianza entre Dios y la humanidad.

    La Pascua era para san Agustín la fiesta de la vida pues el cristiano está llamado a morir a su vida de pecado, para resucitar con Cristo a una vida nueva, a una vida plena: “Creíste y te has bautizado: murió la vida antigua, recibió la muerte en la cruz, fue sepultada en el bautismo. Ha sido sepultada la vida antigua, en la que viviste mal; resucite la nueva. Vive bien; vive para vivir; vive de manera que, cuando mueras, no mueras”.

    En nuestros días el testimonio del martirio sangriento de los cristianos en varios países debería interpelarnos ante las celebraciones litúrgicas que se acercan.

    Convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto (de la Lectura breve de Laudes

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  2. Nos falta aún mucho para descubrir la densidad espiritual y la belleza de vivir el Triduo pascual, un Triduo (de Viernes a Domingo inclusives) con grandes liturgias que han de marcar y sellar nuestro vivir cristiano.

    No me canso de repetirlo: ¡¡tenemos que hacer campaña del Triduo pascual!!

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  3. No crea D. Javier, las personas van a misa cada domingo porque están hechas a ir y tienen costumbre. La costumbre mueve más que mil explicaciones. Somos seres que nos sentimos en casa cuando repetimos cada semana los mismos pasos. Se de varias personas que no van porque les causa una especie de temor ante lo desconocido. Temor que tiene un 90% de que "no he ido nunca" y "se va a notar que estoy fuera de lugar". Cosas de los seres humanos, que somos incoherentes por naturaleza y vivimos de las apariencias.... :\

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  4. Sus lineas me han interpelado Padre Javier. Sumida en tantas cosas por resolver siento que poco a poco lo mundano va tomando mas tiempo. Reflexionaba en como hacer llegar esta inquietud que nos ha sembrado. ¿Cristianos de Domingo? me preguntaba. Pues no ha trabajar que todavía hay tiempo, me han pedido una charla en el colegio sobre la Semana Santa que no he podido agendar, pero lo seguiré intentando. Y esta entrada de su Blog hay que hacerla llegar a muchos. La inseguridad en mi país ha hecho que los estacionamientos de las iglesias sean lugares para atracos y robos, así los cambios en horarios de las misas ha afectado la asistencia y eso me ha ocurrido a mi, ¡Cuanto extraño mi misa diaria.!

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  5. Muy pocos por desgracia; estoy de acuerdo con usted D. Javier. ¡¡Tenemos que hacer campaña del Triduo pascual!! La mayoría de las personas la toman como unas vacaciones más. Las playas se llenan y los bares también.¡ De pena! Oremos!!!

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