viernes, 23 de mayo de 2014

Y dice el Apocalipsis...

En el tiempo pascual, la Iglesia lee el Apocalipsis en su liturgia, siguiendo la antigua tradición hispana: baste recordar los distintos Códices ilustrando el Apocalipsis, como el Beato de Liébana.


Por la Pascua, la Iglesia recobra su esperanza. El libro del Apocalipsis sustenta esa esperanza de la Iglesia viendo que las fuerzas del mal, del pecado y del Maligno no pueden contra Aquel que está sentado en el trono; el mundo, lleno de tanta maldad y pecado, se ve transformado en un mundo nuevo, un cielo nuevo y un anueva tierra, donde ya no habrá muerte ni luto ni llanto ni dolor. El cosmos entero canta "Amén. Aleluya". Todo, porque Cristo ha resucitado.

La escatología, que se ha inaugurado con la Resurrección de Jesús, afecta a todo lo creado sin excluir nada:

"Pedro dijo algo parecido a esto en la segunda de sus cartas, al decir: "Nosotros, según su promesa, esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva". Él no dijo esto como si el cielo, la tierra y el mar se encaminasen a la destrucción y a la no existencia y en su lugar fuesen hechos otros, sino porque los que hay ahora expulsarán de sí la corrupción y se tornarán nuevos, como si se hubieran quitado un viejo y sucio vestido con la suciedad que tiene adherida. Pues se llama nuevo a todo lo que no es como era antes, sino que ahora se ha convertido en nuevo" (Ecumenio, Comentario al Apocalipsis, XI,13).

Lo creado dará paso a un cielo nuevo y una nueva tierra, que no son otras distintas, sino esta misma creación trasnformada, glorificada. ¿Por qué? Porque el Señor resucitado se ha constituido con poder como Señor de cielo y tierra. Él dice: "todo lo hago nuevo".

"He aquí, dice, que hago nuevas todas las cosas. Si pues, son nuevos el cielo y la tierra y el mar, más aún, incluso los hombres, también son nuevas su alegría y su gloria, no interrumpidas por lágrimas, por aflicciones o por cosas deshonrosas. Entonces todas las cosas serán nuevas" (Ib., XI, 12, 4).

¡Qué gozosa esperanza! Todo lo creado será redimido y glorificado.

2 comentarios:

  1. Parece que lo nuevo de DIOS, solo se puede percibir con los ojos del alma, y eso es la acción de la GRACIA. Alabado sea DIOS. Sigo rezando. DIOS les bendiga

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  2. El Apocalipsis, el último libro de la Biblia, ha sido objeto de mucha “escritura” quizá demasiada y no siempre buena; motivo de muchas malas interpretaciones y de tantas preocupaciones vanas.

    Libro profético, también narra lo que sucedía a los cristianos, a la Iglesia en el siglo I, por lo que podemos considerarlo, además, como literatura “de resistencia” para proporcionar esperanza a los perseguidos.

    Como Apocalipsis significa revelación, para mí el Apocalipsis nos hace llegar una revelación de Jesucristo a través del vidente: al final triunfarán Dios y los suyos. Y también una pregunta del Señor: ¿Serás tú de los míos?

    ¡Qué bellas son las ilustraciones de los códices antiguos!

    Celebremos nuestra fiesta no con la vieja levadura ni con levadura de malicia y perversidad, sino con los panes ázimos de pureza y verdad (de la lectura de Nona).

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