domingo, 19 de junio de 2011

Lenguaje condenatorio (Oración de los fieles - XII)

El tono desafiador del lenguaje y su juicio despectivo sobre la realidad es otra variante de los lenguajes secularizados que se pueden encontrar en las intenciones que se proponen a la oración de los fieles en la Santa Misa.

Con este lenguaje condenatorio, marcadamente secularizado con una ideología de moda, más que orar, se emiten juicios de valor: 

  • “Para que nuestra sociedad, injusta e hipócrita, que busca lo que la escandaliza y fomenta lo que luego condena, asuma su culpa y procure el remedio” (Libro de la Sede, Domingo V Cuaresma);

  • “por nuestra sociedad satisfecha y autosuficiente: para que reconozca su necesidad radical de Dios” (Libro de la Sede, Viernes III Pascua). 

La economía –da igual el sistema o su justa distribución- es llamada “demonio”: 

  • “Pedimos por nuestro mundo, roto por los demonios de la economía, la guerra y la sinrazón, para que crezcamos en orden a favorecer la vida de todos”.

Este lenguaje condenatorio, muy frecuente en ciertos ámbitos, emite constantemente juicios de valor negativos y suele añadir un sentido de culpabilidad a los que oran, convirtiendo en exhortación imperativa lo que debería ser una oración

  • “Por nosotros, que hacemos injustamente distinción de personas, que clasificamos y ponemos al margen, que rehusamos el trato y condenamos al aislamiento” (Libro de la sede, Dom. VI T. Ord). 

  • “Por nuestra sociedad mal pensante, como Simón, el fariseo; para que sea capaz de comprender y respetar” (Libro de la sede, Dom. XI, T. Ord.).

  • “Para que nuestra sociedad, que fomenta el pecado y se muestra intransigente con los culpables...” (Libro de la sede, Dom. XXIV, T. Ord., ciclo C). 

  • “Para que nuestra sociedad, cuyo incentivo es el lucro, sepa valorar el trabajo, como fuente de realización y promoción humana, personal y social” (Libro de la sede, Dom. XXV, T. Ord., ciclo A). 

  • “Para que nuestra sociedad, caracterizada por la hipocresía, reaccione ante la crítica de los inconformistas” (Libro de la sede, Dom. XXXI, T. Ord., ciclo A); 

además del juicio de valor sobre la sociedad, piensa el redactor que la crítica de los inconformistas, de por sí, es buena, con lo que introduce tanto la demagogia como el populismo; ser inconformista no es un valor o cualidad, porque puede nacer de la arrogancia y de la soberbia, no de la búsqueda del Bien y la Verdad.

A veces no es una petición aislada, sino todo el conjunto de intenciones el que, con un lenguaje descriptivo negativo, pretende catequizar en una dirección ideológica muy concreta:
  • “En un mundo en el que predomina la ambición y el poder: para que la Iglesia procure ser signo de Cristo...

  • En un mundo en el que se busca sobre todo la eficacia: para que los más débiles en la sociedad no se vean despojados de sus derechos...

  • En un mundo en el que se medra a costa de los demás: para que se valore la honradez, la austeridad, la sinceridad, la autenticidad...

  • En un mundo en el que la figura de Cristo inquieta: para que cuanto nos preciamos de ser discípulos suyos entendamos sus palabras...” (Libro de la sede, Dom. XXV, T. Ord., ciclo B).

 Este lenguaje, que algunos calificarían de “denuncia profética”, no es propio del lenguaje orante ni del lenguaje para la liturgia, porque fácilmente se deslizan la ideología y la mentalidad secularista. Si hubiéramos de seguir los tres ejemplos anteriores, habría que transformarlos aproximadamente así: “para que la Iglesia sea signo luminoso de Cristo en la sencillez”, “para que los más débiles y los pobres sean ayudados y confortados”, y, dentro de lo que cabe, el tercer ejemplo sería “por nosotros, para que crezcamos en las virtudes cristianas de la honradez y la austeridad”.

Al menos, al mirar el mundo, que nuestra mirada no sea de reprobación absoluta, sino de amor de Cristo viendo su realidad y su necesidad de salvación.

10 comentarios:

  1. Claro, tenemos que intentar animar el pavilo vacilante y no apagarlo con una bofetada verbal en la cara. Tampoco Cristo lo hacía, salvo en el caso de los fariseos de corazón endurecido, pero eso era en trato normal con la gente, no como lenguaje litúrgico.
    Gracias, Don Javier.
    Un saludo a todos.
    :O)

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  2. Pongo mucha atención lo que dice cada oración de la Santa Misa.
    Pero no me había fijado en estas oraciones.
    Pero sí es verdad, es una constante que tendemos a lo negativo, en vez de ser propositivos.
    Gracias!!
    ¡Feliz día de la Santísima Trinidad!

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  3. ¡Muchas gracias por su catequesis, aclaratoria!
    Buen domingo de la Santísima Trinidad.
    Dios le bendiga.

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  4. Me ha llamado especialmente esta petición:

    "En un mundo en el que se busca sobre todo la eficacia: para que los más débiles en la sociedad no se vean despojados de sus derechos..."

    Valorar la eficacia ¿Despoja de los derechos a los más débiles? ¿Tendríamos que valorar la ineficacia para que los derechos de los más débiles fuesen cuidados? No valorar la eficacia ¿Traería un mundo mejor?

    En general, estas peticiones mezclan un aspecto que se considera negativo en el mundo y lanzan una petición inconexa con el aspecto negativo.

    Tiene razón D. Javier al resaltar el carácter impertativo que la oración de los fieles toma con frecuencia. Más que oración, a veces parece "explosión". Dicho con todos los respetos.

    En fin, mil gracias D. Javier por estas indicaciones tan certeras.

    Dios les bendiga. Seguimos en oración :)

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  5. Podrían explicarme cómo entonces todas estas peticiones están en el libro de la Sede. He visto que en las misas donde asisto están leyendo directamente del libro de la sede o del misal que se publica mensualmente cuando es misa dominical.
    Es de suponer que lo hacen para evitar errores, ¿entonces? quien corrige? No entiendo.

    Padre Javier en la foto veo que los lectores están leyendo de un pedazo de papel que llevan en la mano,me parece muy mal!!!! Corrijame si me equivoco.

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  6. Felicitas:

    Bien traída la cita de Isaías. El lenguaje litúrgico no es condenatorio, sino expositivo; no es ideológico (ni pura ideología), sino orante. Las preces que he puesto como ejemplo ilustrativo jamás se podrían considerar lenguaje litúrgico, sino pura ideología, abofeteando a los presentes y al mundo en el que viven.

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  7. María del Rayo.

    Querida amiga, hay que prestar atención a todo. Piense que le estamos rezando al Señor, le decimos "Te rogamos, óyenos", "Señor, escucha y ten piedad", y tendremos que saber muy claramente qué le estamos pidiendo a Dios.

    Personalmente, más de una vez, algunas peticiones no he podido orar al escuchar lo que nos proponían.

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  8. Marian:

    Es aclaratorio el post porque si esto está constituido como blog de formación, deberá ser siempre aclaratorio...

    Miserere:

    ¡Es que hay cada cosa que oír! Además de ideología, estupidez consumada. ¡Qué importante es estar atentos!

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  9. María Auxiliadora:

    el libro de la sede es un libro oficioso, no OFICIAL. En España lo "fabricó" la Comisión episcopal de liturgia (o el Secretariado Nacional, no lo recuerdo bien ahora), y en las preces los redactores estuvieron muy, muy desafortunados. Es un libro que necesita una urgente revisión en ese punto y otros más (acto penitencial, invocaciones al Kyrie y moniciones).

    Se usa por su carácter oficioso y no de un autor con nombre y apellidos.

    La oración de los fieles (exceptuando el Viernes Santo) no posee un formulario fijo. Hay que fabricarlo o buscarlo, o adaptar los que se tengan. De ahí que se busque una publicación mensual o un libro con formularios ya preparados. Pero hay que mirarlos bien...

    Lo de leer sacando un papelito doblado, simplemente, es de un mal gusto que rechina. ¡Y la liturgia debe ser bella, es bella!

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  10. En esta semana difícilmente podré contestar a todos los comentarios y emails de manera detallada. Que nadie ni se alarme ni se impaciente.

    No sé si tenemos toda la semana con catequesis programadas o no. Espero que sí. Si no, os invito a releer las más antiguas.

    A todos mi abrazo, mi bendición, mi afecto.

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