miércoles, 15 de septiembre de 2010

Algunas claves de Newman

Veamos, con palabras de Juan Pablo II, tres claves del pensamiento de Newman. Claro, no son las únicas, pero así podemos habituarnos a este gran hombre y lo que va a significar su pensamiento, ya que, a partir de ahora, seguro que se difunde más y se empiezan a recopilar en castellano todas sus obras hasta ahora publicadas parcialmente en distintas editoriales.


1. Lo primero que es su obediencia amorosa a Dios, lo cual quiere decir, para todos, que fue un buscador de la Verdad, que buscó a Dios y lo siguió por muchas dificultades que se le presentasen. La Verdad marcó la existencia de Newman, y Dios es la Verdad.

"Querría subrayar la inspiración que los estudiosos y los atentos lectores de Newman continúan obteniendo hoy de su peregrinación hacia la verdad. Vuestro simposio y otras celebraciones análogas durante el año centenario [del cardenalato], ofrecen la ocasión para una estima más profunda del carisma de Newman. Entre sus méritos, no es el último el que nos recuerda la necesidad de una disponibilidad interior a la obediencia amorosa de Dios, si la sociedad contemporánea quiere tener éxito en la búsqueda de la plena verdad que nos hace libres, del que tiene urgente necesidad y cuya necesidad conoce perfectamente.
    Desde el momento de su primera “gracia de conversión”, a la edad de quince años, Newman jamás perdió su sentido de la presencia de Dios y su respeto por la verdad revelada y su sed de santidad de vida. En el período en el que vivió, el ejemplo de su singular piedad e integridad era tenido en gran consideración en toda Inglaterra. Su reputación de hombre de profunda espiritualidad, como también de estudioso, ha sido uno de los principales motivos que han inspirado a los laicos ingleses a formular una petición al Papa León XIII, a fin de que incluyese en el Colegio Cardenalicio al fundador del Oratorio inglés (cf. Cartas y diarios de John Henry Newman, XXIX. Oxford, 1961 ss., pág. 85)".


2. Una segunda clave: el valor que Newman atribuye a la teología como verdadero pensamiento y de esta manera, la unión entre teología y ciencia, cuando ahora parece que "la verdad" de la ciencia es la verdad absoluta y la teología se reduce a pensamiento piadoso o sentimiento de fervor. Él habla al mundo, busca razones para la razón y así elabora una amplia teología.

"En el clima cultural contemporáneo, con particular referencia a Europa, existe una parte del pensamiento de Newman que merece una atención particular. Me refiero a la unidad que sostenía entre la teología y la ciencia, entre el mundo de la fe y el mundo de la razón. El proponía que el estudio no careciese de unidad, pero que estuviera fundado en una visión total. Por ello, concluía sus discursos ante la Universidad de Dublín con estas extraordinarias palabras: “Querría que el entendimiento se extendiera con la máxima libertad y que la religión gozase de una idéntica libertad, pero lo que yo defiendo es que deberían colocarse en el mismo puesto y ejemplarizarse en las mismas personas” (“Sermons Preach on Various Occasions”. Londres, 1904, pág. 13).
  
 En este momento de cambio de la cultura europea, ¿acaso no señala Newman la esencial contribución cristiana a la construcción de una nueva era fundada sobre una verdad más profunda y valores más altos? Él escribió: “Querría destruir aquella diversidad de centros, que hace que todo se confunda, porque crea antagonismos de influencias. Querría que los mismos puestos y las mismas personas sean al mismo tiempo oráculos de filosofía y santuarios de devoción...” (ibíd.).
    En este contexto, el camino que la Iglesia debe seguir está sucintamente expresado por el cardenal inglés en los siguientes términos: “La Iglesia no tiene miedo del conocimiento, pero purifica todo; no ahoga elemento alguno de nuestra naturaleza, sino que cultiva el todo” (“The Idea of a University”. Westminster, Md., o. 234)".

3. Última clave, al menos por hoy: el misterio de la Iglesia. Buscó y halló la Iglesia por el recorrido intelectual de conocer a los Padres de la Iglesia en su relación con el arrianismo. Sus estudios históricos le hicieron ver la radical unidad y continuidad de la Iglesia de los Padres con la Iglesia Católica, sin mezclas con otras Iglesias de modo sincretista. De ahí que se convirtiera y de ahí muchas persecuciones y recelos por parte tanto de los anglicanos como de los mismos católicos que dudaban de su sinceridad.

"Otro aspecto del camino espiritual de Newman aparece particularmente importante a la luz del Concilio Vaticano II. Es justamente por causa del Concilio por lo que consideramos a Newman como un auténtico contemporáneo espiritual nuestro. El misterio de la Iglesia ha sido siempre el gran amor de la vida de John Henry Newman. Y aquí encontramos otra profunda lección para el presente.
    Los escritos de Newman dibujan un panorama extraordinariamente claro de su inquebrantable amor por la Iglesia como efusión incesante del amor de Dios por el hombre en todas las fases de la historia. Su visión espiritual era auténtica y estaba en condiciones de percatarse de todas las debilidades presentes en el tejido humano de la Iglesia, pero igualmente cierta de su percepción del misterio escondido más allá de nuestra mirada material.
    Que su recuerdo nos inspire a hacer nuestra la expresiva oración que brotaba con tanta naturalidad de su corazón: “Haz que jamás olvide que Tú has establecido en la tierra un reino que es tuyo, que la Iglesia es obra tuya, por Ti establecida, instrumento tuyo; que permanezcamos sometidos a tus reglas, a tus leyes, a tu mirada –que cuando la Iglesia hable, seas Tú el que habla. Haz que el conocimiento de esta maravillosa verdad no me haga insensible respecto a ella-, haz que la debilidad de tus representantes humanos no me haga olvidar que eres Tú el que habla y actúa por medio de ellos” (“Meditations and Devotions”, Westminster, Md., págs. 378-379)".

Textos del Discurso de Juan Pablo II a los participantes en el simposio sobre “John Henry Newman: La búsqueda de la verdad”, Roma 27-4-1990.

Y aún quedaría mucho más por descubrir de Newman.

5 comentarios:

  1. Genial síntesis: tres ideas, tres goznes indispensables. La cabal conjunción newmaniana entre ciencia y fe, así como su contemplación armoniosa de la Teología enmarcada por su propio estatuto de ciencia es una idea que hay que repetir machaconamente. El otro día, alguien comentaba en 'Sentire cum Ecclesia', mi blog, que la Teología "no es ciencia". Todo este pensamiento 'punsetiano' que reduce la vida a la medida y al número no hace sino achatar la vida humana. Pero hoy en día todos somos doctores o, mejor dicho, como tantas veces le he escuchado a mi queridísimo Aurelio Gª Macías: se equipara la opinión del ignorante con la del docto. Newman nunca jugó a ese juego. Que él, desde el Cielo, nos sirva de ejemplo armónico de lo que bien podría llamarse, en el sentido más profundamente etimológico y espiritual de la expresión, 'martirio de la razón'. Su idea del 'illative sense' a mí es que me pasma, oigan ustedes.
    Gracias de nuevo Javier, Dios te bendiga.

    In Christo +

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  2. Álvaro:

    Gracias por seguir el blog e intervenir.

    Yo soy un profundo convencido del valor de la razón, y por tanto, del camino de acceso a Dios mediante la fe y la razón que son las dos alas de la contemplación de la Verdad.

    Huyo como de la peste de aquellos católicos -y lo he escuchado- que hablan de "pisotear la razón" para llegar a una fe fiducial (muy luterana); me horrorizan quienes supeditan dentro de la Iglesia la fe al sentimiento y a la experiencia, y por tanto, miran con sospecha la razón, la inteligencia, el estudio y la teología.

    He leído a Newman, pero no acabo de abarcarlo, no soy capaz aún de "hacerlo mío". Pero éste es un punto en que coincido con él. Es necesario un pensamiento razonable de la fe, es necesario el estudio y la lectura... y estoy hartísimo de ignorantes que deben ser tomados como doctores, en igualdad de opinión. ¡Harto! Pero también aquí se cumple aquello de que "la ignorancia es atrevida".

    (nb. Por ejemplo, ¿sabes que ayer se dedicaron auténticos profanos en la materia a darme clases de liturgia? Claro, no sabían que era mi especialidad...) ¿Por qué todo el mundo se cree entendido en todo? Sería la primera pregunta. La segunda pregunta: ¿por qué vemos como normal relegar la fe a la subjetividad sólo del sentimiento o de la experiencia y despreciamos la inteligencia como hace el pensamiento débil de la secularidad?

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  3. "Fides quaerens intellectum" Clemente de Alejandría, entre otros Padres de la Iglesia.

    La Fe pide entendimiento... si no se lo procuramos, es como si dejamos de regar una hermosa planta.

    Dios le bendiga D. Javier. :)

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  4. Esa frase tal cual es de San Anselmo, pero le cuadra a muchísimos Padres de la Iglesia.

    Mi batalla es hacer ver que la fe es razonable, no irracional ni sentimental: y ahí necesitamos el uso de la inteligencia, del pensamiento, de la reflexión y de la lectura.

    ¿O no? Saludos, Miserere

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  5. al 100% con usted D. Javier... la Fe y la razón caminan de la mano y se apoyan una a otra.

    La frase la leí en la Stromata de Clemente, dando título a un comentario breve sobre la necesidad de entender lo que Cristo nos ha revelado. Tiene razón en que San Anselmo de Canterbury fue quien lo desarrollo con más profundidad :).... se me pasó la referencia.

    La Fe debe ser equilibrio y proporción de conocimiento, emoción y acción. La mesa se cae si nos quedamos con solo una o dos de estas patas... y si tenemos alguna más corta... está coja y baila cuando nos apoyamos en ella.

    Dios le bendiga D. Javier :)

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